Si diriges personas seguro que tienes un montón de problemas!!! Dirigir personas es una de las cosas más difíciles del mundo empresarial. No conozco ni a un solo empresario que no se queje de esto. Ni tampoco conozco a ningún empresario que no tenga dificultades con este asunto. Y es que existen grandes diferencias entre ser un jefe y un líder.
En este artículo vamos a ver
1. Las 9 razones que hacen del liderazgo una habilidad tan importante para el éxito de una empresa hoy
2. La filosofía que está detrás de este gran cambio sobre la necesidad de convertirse en un líder y dejar de ser un jefe
3. Los 9 trucos que funcionan y que harán que tus empleados se conviertan en el equipo que siempre soñaste!
4. Y que es cuál es el camino que tienes que recorrer para conseguir ejercer un liderazgo positivo en tu equipo.
¿Te imaginas? ¡Pues no imagines y quédate a leer el artículo!
Las 9 razones por las que el liderazgo es tan importante hoy
Antes de ver cuales son los 9 tips para convertirnos en un autentico líder y no ser un mal jefe vamos a ver cuales son las 9 razones que hacen que hoy el liderazgo sea tan importante en las empresas
1. Un líder asume el control y hace que el grupo se esfuerce para alcanzar los objetivos de la empresa. Por tanto un buen liderazgo da resultados a través del esfuerzo de sus seguidores.
2. El liderazgo es un elemento indispensable para trabajar de manera eficiente y para que se alcancen los objetivos propuestos.
3. El líder consigue no solamente satisfacer sus necesidades y las de la empresa, sino también las necesidades de los empleados. Se tienen en cuenta cuáles son sus expectativas como base de la relación entre el Disber y el grupo. Al líder se le sigue porque te da seguridad y oportunidades de desarrollo profesional. Así el propio equipo puede satisfacer sus expectativas.
4. Las nuevas regulaciones, tendencias y avances tecnológicos nos hacen obligatorio cambiar. Y la resistencia al cambio es algo característico de las personas. Esta resistencia, por parte de los equipos, es un obstáculo para el crecimiento de las empresas. Un buen liderazgo consigue que el equipo acepte y asuma con mucha mayor facilidad todos los cambios que sufren hoy las organizaciones.
5. En todas las empresas surgen conflictos con el día a día. Un buen liderazgo es capaz de influir positivamente en la resolución de los conflictos entre empleados, o bien entre los empleados con la organización. El líder busca y ofrece una solución adecuada y así minimiza los riesgos de tener un mal resultado.
6. Un buen liderazgo te permitirá garantizar la sostenibilidad de tu negocio. El líder es capaz de generar una visión hacia el futuro. Así puede hacer que el equipo entienda cuáles son las condiciones que afrontarán en el futuro y, por tanto, prever acciones que será necesario adoptar para garantizar la sostenibilidad de la empresa.
7. Un equipo motivado y feliz es capaz de alcanzar logros mayores que aquellos que no lo están. Un buen liderazgo sabe lo que necesita cada uno, las herramientas necesarias para desarrollar todo su potencial y ayuda a su equipo. Así conseguirá un equipo mucho más orientado y motivado.
8. Un buen líder te traslada el propósito de la compañía, tan de moda en estos últimos años. Porque es una de las claves de aquellas empresas grandes que han llegado más lejos. La moral es aquello que une a las personas para perseguir un objetivo común. Eso te va ayudar a aumentar la moral de tu equipo.
9. El liderazgo te va a permitir generar confianza y nuevas formas de trabajo. Para ello es muy importante desarrollar con mejorar habilidades de comunicación
¿Qué ha provocado este cambio?
Pero, ¿por qué antes no era necesario ser un buen líder y ahora sí?
1. Los tiempos han cambiado
Aunque liderar o ser un jefe nunca ha sido tarea sencilla, hasta hace unos años era más fácil que hoy en día, sin duda. En esos tiempos no era tan importante, ni se apreciaban tanto las diferencias entre un líder y un jefe. Los que hemos tenido jefes de hace 25-30 años sabemos de lo que hablamos. ¿Por qué? Porque la aproximación de las personas al trabajo era muy diferente a la de hoy.
Con el capitalismo industrial se tenía la percepción de que el trabajo y el ahorro dignificaban a las personas.
En la segunda mitad del siglo XX ya se produjo un cambio. El trabajo pasó de ser de ahorro y de dignidad, hasta convertirse en una fuente de recursos y de satisfacción. Fijaros si esto es diferente y qué consecuencias esto tiene en las relaciones laborales.
Más adelante, en el siglo XXI y especialmente después de la crisis del 2008 debido fundamentalmente, a un retraso de las personas jóvenes en el mundo laboral; a que la situación laboral se ha vuelto más inestable, el exceso de temporalidad, la sobre cualificación etc.…, han hecho que se haya roto el sentido del trabajo que tenían los jóvenes. Antes se veía como una carrera de ascenso personal. Hoy se percibe como una simple fuente de recursos y satisfacción.
2. Una manera de vivir
Antes el trabajo te permitirá ahorrar. Ahora los jóvenes ven el trabajo como lo que les va a permitir vivir de una manera libre, y experimentar todo lo que sus padres hicieron.
3. El poder
Teniendo en cuenta cómo concebían las personas jóvenes el trabajo, los jefes lo eran porque tenían una posición de poder, o eras el dueño de la empresa. Y tan solo por ese motivo la gente tenía que obedecerte. Y digo “tenía” entre comillas, porque efectivamente quedaban pocas opciones. En nuestra cruzada para la tecnificación y el crecimiento como personas aceptamos muchas cosas que hoy la gente joven ya no acepta.
Por tanto si las personas que ostentaban esas posiciones de poder carecían de habilidades blandas no tenían un gran problema. Simplemente obedecíamos. Queríamos tener un trabajo que nos hiciera ser mejores, que los hiciera más dignos, que nos permitiera prosperar. Tener un líder en lugar de un jefe era menos importante para nosotros. Digamos que era secundario o terciario.
Era una relación jerárquica que estaba concebida así por todo el mundo, por los jefes, por los mandos intermedios, y para el personal de base. Y aunque no gustase lo aceptábamos como algo lógico y natural.
Hoy la manera en la que las personas, y sobre todo las personas más jóvenes, entienden la relación con sus superiores jerárquicos es totalmente distinta. Su tolerancia y grado de compromiso es completamente diferente hoy.
Esto ha provocado que en los últimos 20 años se hayan producido grandes cambios en relación a los departamentos de RRHH en las políticas de personal en las empresas. Las personas que pertenecemos a la generación X, que somos los que hemos nacido entre 1971 y 1981 teníamos un objetivo: conseguir un buen trabajo y prosperar, hacernos un patrimonio, llegar lejos.
Nuestra prioridad era triunfar y para eso trabajábamos duro, todo lo duro que fuera necesario con tal de ser dignos y hacernos personas de bien. Cómo eso es lo que valorábamos, no teníamos tanto en cuenta qué tipo de trato recibíamos de nuestro “jefe”. Además, y como consecuencia, las personas permanecimos en nuestro puesto de trabajo durante muchísimos años.
Por tanto, el jefe, si era buen jefe o no.. no era tan importante. Teníamos otras prioridades
Sin embargo, hoy sucede todo lo contrario. Hoy las personas más jóvenes buscan otra cosa. Su prioridad es vivir y tener muchas experiencias. No se atan a las cosas. No se compran casas, ni coches. Hoy alquilan. Y con esa mentalidad, tampoco se vinculan a una empresa para siempre.
Como no les guste el jefe y el ambiente, no tardan en irse.¡ Y bien que hacen!
Y esto es un problema. El tiempo que están en la empresa es cada vez menor.
Cuesta mucho tiempo; mucho dinero, formar a las personas en las maneras y procesos de trabajo de tu empresa. Cada vez que tienes que sustituir a alguien es necesario invertir un montón de tiempo y dinero en encontrar otra persona; formarla y conseguir que sea lo que alcanza su punto máximo de productividad.
Todo esto ha hecho que el fenómeno del liderazgo esté en boca de todos y que sea tan importantes las diferencias entre un jefe y un líder.
Las 9 diferencias entre un jefe y un líder imparable
Hemos visto porque el liderazgo tiene una gran importancia para las empresas hoy y cuál es la filosofía que hay detrás de este cambio cultural y empresarial en relación a la posición del líder.
Ahora me gustaría que hablásemos sobre cuáles son las diferencias más importantes entre un jefe y un líder
1. Comportamiento ante el error
Cuando un empleado comete un error es complicado volver a tratarle como si nunca lo hubiera cometido, sobre todo si es un error grave. Sin embargo, un error lo tiene cualquiera y no es lo que define a un trabajador ni a una persona. La diferencia entre un jefe y un líder es que los te castigan durante tiempo por el error cometido. Los líderes perdonan y olvidan. De este modo, vuelven a darte la oportunidad de demostrar tu valía. Si quieres ser un líder tienes que ser capaz de dejar a un lado el error y pensar en las cualidades del trabajador en conjunto.
Por tanto, el líder no solo perdona el error, sino que también lo olvida.
2. Los líderes hacen que los objetivos de la empresa se conviertan en objetivos de sus empleados
Los jefes orquesta dirigen a las personas con lo que se llama el micro Management, es decir, cada día le dicen al trabajador todo lo que tienen que hacer y lo hacen de manera constante y repetitiva. Desde que empiezan el día hasta que terminan enumeran la lista de tareas que los trabajadores deben hacer y cuando se van chequean que esas tareas están hechas. Esto es muy desmotivar para los trabajadores, sobre todo para aquellos que tienen ambición. Y desde luego muy malo para la empresa, pues acostumbramos a las personas a no pensar y solo obedecer.
La diferencia entre un jefe y un líder es que los jefes tratan a sus empleados como si fueran niños pequeños, sin darles la oportunidad de que se desarrollen como profesionales. Si quieres ser un líder imparable tienes que dirigir a tu equipo por objetivos. Los líderes imparables animan a los trabajadores a conseguir los objetivos planteados por la empresa y hacen sentir a sus empleados que conseguir las metas será tan beneficioso para ellos como para la empresa.
Si los trabajadores se sienten parte de la empresa, serán mucho más productivos.
3. Los líderes entienden las causas de los problemas
A veces, las personas cometemos errores; hacemos las cosas mal; asumimos papeles que no nos corresponden o bien olvidamos los objetivos de la empresa a favor de nuestros objetivos personales.
Cuando esto ocurre, para los jefes es fácil desentenderse y pensar que el problema es del empleado. Pero, casi siempre, existe una razón para que esto suceda.
¿Qué hace un hombre orquesta?
- Suele pensar en lo peor, en que la culpa es del empleado.
- No se para a examinar por qué ha sucedido eso.
- Lo más importante para él es encontrar un culpable.
Si quieres ser un líder debes tratar de entender porqué un resultado no ha sido el esperado. Debes averiguar cuál es la verdadera causa de los problemas para poder solucionarlos, y hacerlo de la mejor manera posible.
Para conseguir esto tienes que hablar mucho con tu equipo y hacerlo desde la humildad, sin presuponer culpable e intentando ayudarle a él para que esto no vuelva a suceder.
4. El líder apoya a los empleados
Cuando surge un problema con los empleados, un jefe orquesta tiende a dejarles solo ante los peligros, minando la credibilidad del empleado ante los demás. Actúa como si el problema no fuera suyo o no fuera su responsabilidad. Le dice al empleado cosas tales como ¿Y ahora qué quieres que haga yo con esto? ¿Qué voy a decir a…? ¿Cómo voy a justificar lo sucedido ante el cliente?
El jefe orquesta, se centra exclusivamente en el problema que tiene él en ese momento y por supuesto le da lo mismo el que tenga la empresa, el empleado o los demás. Recuerda siempre que, un jefe es, el ombligo del mundo.
La diferencia entre un jefe y un líder es que el líder apoya y defiende a su equipo pese a todo, no recrimina ni en público ni en privado. Defiende a su equipo, incluso si él se ve perjudicado y asume la responsabilidad de lo sucedido. Luego trabaja con el equipo para que esto no vuelva a suceder. Ante un problema con un cliente causado por alguien del equipo no critiques a tu empleado. Tan solo explica lo que ha sucedido y cuéntale cómo piensas resolverlo.
5. Sabe delegar la toma de muchas decisiones
El jefe orquesta se siente fenomenal siendo él quien decide todo. Aunque se queje de ello en voz alta y mil veces, le encanta sentirse importante tomando todas las decisiones. Por eso lo hace. Suelen ser personas que tienen miedo a delegar por mostrar de esta manera un signo de debilidad cuando en realidad es un signo de fortaleza. Se pasa el día diciendo que la gente no piensa, que todo lo tiene que pensar él. Cosas como “que atajo de inútiles (lo has oído alguna vez??) pero ha acostumbrado, con el micromanagement del que hablábamos antes, a no pensar. Por tanto, tiene lo que ha provocado él mismo con su manera de “controlar y mandar”.
Si quieres ser un líder imparable, debes aprender a delegar muchas decisiones. Para delegar es importante:
. Aceptar los comentarios de los empleados
. Asignarles recursos para conseguir realizar esas tareas
. Fortalezas y debilidades de cada uno
. Tus expectativas
. Establecer objetivos que sean medibles
. Formar o establecer un plazo para la formación de desempleados
. Confiar, sobre todo confiar en ellos.
Así no solo serás capaz de lograr muchos más objetivos pues hay más personas tomando decisiones, sino que tu equipo se sentirá valorado; importante; desarrollará todo su potencial. De este modo, siendo muchas más personas las que tienen parcela de decisión podréis avanzar mucho más rápido y tener muchos más cerebros al servicio de tu empresa.
Pero no nos volvamos locos. Está claro que NO todo el mundo quiere y puede tomar decisiones. No vayamos a decir ahora: como soy imparable y quiero ser un auténtico líder, ¡todo el mundo a decidir!
El líder sabe detectar a quién le puede delegar la toma de qué decisiones. Sabe ir dando pequeñas oportunidades y viendo cuál es el resultado de las mismas. Sabe ir dejando poco a poco parcelas de decisión del equipo y analizar si hay un criterio fundamentado detrás de una decisión o simplemente una intuición; cuál es ese criterio y si coincide con tus valores y principios, y si son decisiones que pueden poner en peligro la marcha de la compañía o de un departamento o no.
Y poco a poco irá dando pequeñas parcelas de poder que su equipo irá ganándose.
Así no solo el equipo será porque que algunas personas se les da la capacidad de tomar decisiones y a otros no irá construyendo un equipo capaz.
6. El líder no busca controlar. Sabe que es negativo
Jefes que son excesivamente maniáticos con los detalles, que son fanáticos del control. Este tipo de jefes llevan la supervisión mucho más allá de lo razonable. Ellos seguro que se definen como perfeccionistas, como exigentes, y meticulosos pero realmente sus colaboradores lo sufren. Es un tipo de gestión basada en la observación y el control súper cerca del detalle de los empleados. Éstos jefes orquestra intervienen de una manera muy obsesiva cuando hay un proyecto importante pues cuando los resultados no son tan buenos como se esperaban.
Al hombre orquesta, o jefe, le produce ansiedad tener que esos resultados y presiona para obtenerlos.
Son el tipo de personas que:
- Tienen que hacerlo todos ellos porque solamente así estará perfecto pues nadie sabe hacerlo también como ellos.
- Dan al detalle instrucciones sobre lo que hay que hacer y cómo hacerlo y no dejan ningún tipo de margen a la creatividad de los demás.
- Necesitan actualizaciones continuas de cómo avanza el trabajo y recuerdan constantemente todo lo que hay que hacer.
Pero el control exhaustivo y exagerado desmotiva el equipo, hace que reduzca su eficacia y sufrimiento. ¿A quien le gusta que lo estés mirando todo el rato con el tema de la obra mientras trabaja? El equipo entonces empezó a prestar más atención al hecho de que le están controlando que a lo que tiene que hacer.
Hay mucha gente que aspira a los puestos más altos porque les gusta ejercer el control sobre los empleados. Eso les hace sentirse mejor y con poder.
“La diferencia entre el jefe y el líder es que el líder está enfocado en ayudar a su equipo. Es una persona a su servicio y no al revés. Inspira, enseña, apoya, ayuda. No manda”.
Un propietario líder conoce a la perfección que la mejor manera de sacar el máximo de las personas es el apoyo, la formación y la confianza, por lo que se toma su tiempo y asume el papel de dar la cara y solucionar los temas mientras el equipo madura.
7. El líder es comunicativo
Se maneja con soltura en cualquier tipo de forma de comunicación, desde las individuales como las del grupo por departamento o las de conjunto de la empresa. Resulta muy fácil decir lo que falta, a lo que no han llegado Pero tiene que ser igual de fácil o más celebrar los logros, alabar los méritos del equipo. Es tan importante saber dar una mala noticia como compartir los éxitos.
Es importante que establezcas un flujo constante de comunicación con tu equipo. Y regulares con los trabajadores que tienes que estar disponible regularmente para disfrutar de problemas e inquietudes que tengan los empleados no solamente para tratar los temas puramente operativos de trabajo.
Pero ya sabes que una parte muy importante de la comunicación es el saber escuchar. Los líderes tendemos a querer decirlo todo, hablar demasiado. Es importante que le dejas un espacio empleado en cada conversación para que se exprese.
Sin embargo, el jefe orquesta no escucha. El lo sabe todo. Y el equipo tiene que atender. Al jefe no le gusta, ni le interesa que es la posición o la opinión de V del equipo ante un asunto. Ni tampoco como se sienten a sus aportaciones nuevas ideas. El no tiene tiempo para escuchar las tonterías de los demás.
Ahora piensa: ¿Cuánto tiempo dedicas a escuchar a tu equipo? ¿Qué conoces de ellos como personas? Y ¿Qué opinan sobre el negocio o como mejorarlo?
8. El líder es creativo y fomenta el desarrollo de la creatividad de su equipo
Un jefe paga a la gente para que haga y no piense. Yo tengo una amiga que dirigía equipos comerciales que siempre decía: ¿Quién te ha pedido que pienses? ¡Tu trabajo es hacer!
Las mejores ideas las tiene siempre el jefe, que para eso es el jefe. ¿No? Por lo tanto, anula todo el conocimiento y las ideas que nacen de la experiencia en el puesto de trabajo de cada trabajador y que enriquecen a la empresa. Si quieres ser un líder debes aprender a ver el potencial de sus empleados y encontrar las maneras de explotarlo y hacer que de ellos nazcan las mejores ideas.
Es verdad que es agotador en algunas ocasiones estar escuchando siempre como hacer las cosas diferentes. Sabemos que en general suelen haber tantas ideas como personas en una sala. Pero podrías habilitar un espacio al mes, o cada tres meses, en la que los trabajadores fueran apuntando sus ideas de mejora y en ese momento poderlas aportar. Una especie de concurso de mejores ideas por ejemplo, o un buzón de ideas de mejora o mejor. De esta iniciativa surgirán ideas geniales para tu empresa. No lo dudes.
Además el líder debe de ser creativo pues va a tomar un montón de decisiones que no tener una respuesta clara. Por ello es importante que sean capaces de pensar fuera de la caja. Tiene que aprender a tomar y probar soluciones no tradicionales o a acordar de los problemas de forma diferente, esto además, que seas un líder capaz de tomar decisiones que se salen de lo convencional y de los seguros inspirará a tu equipo.
9. El líder es humilde, reconoce sus carencias y desea cada día superarse
Un jefe tiene un ego muy alto. Le cuesta (no reconocerá nunca su error, aunque todo su equipo lo sepa que se ha equivocado, o que había cosas que no sabía, o que no había pensado). Y si hay algo que provoca que te pierdan respeto.. sin duda es esto.
Un líder no es perfecto porque no hay personas perfectas. De hecho, un buen líder busca siempre hacerlo mejor y preocuparse por mejorar día a día y por consolidar la confianza que sus trabajadores han depositado en él.
Las personas de tu equipo debe de poder sentirse cómodas al acudir a su líder con preguntas. Y tú, como líder, debes de respetar esas dudas y esa falta de dominio de la persona de tu equipo. Solo de esta manera conseguirás que el empleado confíe en ti.
Para generar confianza es importante:
1. Que tengas capacidad para disculparte
2. Que seas ético
3. Que sepas guardar la confidencialidad de aquellas cosas que te cuentan
4. Serás consistente en el comportamiento con tu equipo
5. Es capaz de empatizar con su situación
¿Qué te han parecido estos 9 consejos para ganar en liderazgo?
¿Nada fáciles verdad? ¿O sí? Tal vez seas un líder nato o tal vez no.
Pero, como siempre digo no hay nada fácil ni difícil en sí mismo en el entorno empresarial sino que tan solo se trata de aprender cómo hacerlo. Para ganar liderazgo es necesario que ganes confianza en ti mismo. Cuanto más confíes en ti mismo más serás capaz de darles a las miembros de tu equipo para que ellos vayan ganando parcelas de confianza, se vayan motivando, y vayan creciendo como equipo y te ayuden a crecer a ti. Sin esa autoconfianza tuya, sin ese temple asumiendo que las cosas no van a salir perfectas hasta que realmente el equipo aprenda, será difícil lograr que se desarrollen.
Así que es importante y se puede aprender a amar y aprender a disfrutar de ellas y de su compañía. Al fin y al cabo tu empresa no llegará a ningún sitio sin ellos.
Muchos jefes tienen equipo “por castigo». Porque necesitan a las personas pero no porque las valoran como personas. Y eso el resto de la gente es capaz de darse cuenta y de un efecto muy negativo sobre los resultados. Si no si eres de esas personas que no disfrutas demasiado relacionándose con la gente de la empresa, no te preocupes porque eso también se puede aprender. Mi consejo es que empieces a leer mucho sobre el liderazgo, que empieces a ir haciendo pequeñas pruebas, compartiendo pequeños ratos ellos. Busca qué tipo de preguntas puedes hacerles y dedica esos espacios de tiempo solo a conocerles.
A medida que les vayas conociendo irán haciendo en ti un mayor deseo por entablar una relación distinta. Y solamente desde una relación de admiración mutua y de confianza se pueden formar auténticos equipos de alto rendimiento que al fin y al cabo es lo que necesitas.
Necesitas esos equipos, y necesitas disfrutar de ellos. Así que ánimo y a por ello.
Ejemplo
Hay una figura histórica que a mi me encanta poner como líder pues es el ejemplo de una de las características que para mí son más importantes del liderazgo. Alejandro Magno https://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_Magno es considerado uno de los comandantes militares de más éxito de la historia.
Antes de cumplir los 30 había forjado uno de los imperios más grandes del antiguo mundo. Era un líder extraordinario con una gran capacidad para motivar a las personas y hacer que lo dieran todos por una causa. Solo así se puede lograr lo que él logró.
El siempre lideraba mediante el ejemplo. Y fue un amigo mi amigo el que me contó la historia de Alejandro Magno. El cómo luchaba le hacía un líder indiscutible. A mí me impresionó. Alejandro Magno siempre iba a la vanguardia, era que se posicionaba con los batallones que distribuía en punta de flecha y él se ponía siempre el primero en la punta de la flecha. Por lo tanto en atacar al enemigo. No le pedía a sus subalternos un esfuerzo distinto o mayor ni un riesgo mayor de que asumía el mismo.
Él dirigía los ataques en persona y se enorgullecía de ser el primero en embestir al enemigo. Gracias a esta permanente exhibición de valor y a su disposición para el servicio tenía toda la autoridad moral para pedirle a su ejército realizar esfuerzos extraordinarios.
¿Conocías la historia de Alejandro Magno? Es muy inspiradora. A mi me pone los pelos de punta. ¡Me encanta!
Hoy tienes una oportunidad de construir un equipo fuerte unido y motivado compartiéndoles tu historia, hablándoles de lo que quieres lograr y del porqué es importante para ti y para el mundo.
Puedes lograrlo escuchándolos, dándoles herramientas, recursos y autonomía.
Estando cerca pero dejándoles hacer.
Y sobre todo, tienes la oportunidad de conocer cómo ven los jóvenes hoy la vida. Tu equipo tiene que crecer con gente joven y para ello es muy importante que inviertas tiempo conociendo su futura, aceptándola, e intentando enamorarles para que pasen el mayor tiempo junto a ti si son buenos.
Hoy ya no es normal tener a un miembro de tu equipo toda la vida contigo. Sobre todo si son ambiciosos (lo cual es necesario para que tu puedas crecer). Pero eso no te impide formar y disfrutar de grandes equipos que te acercarán cada vez más a tu objetivo.
Dirigir olvidando la posición de jefe y pensando que “tienen que obedecerte” solo te llevará a seguir dándote cabezazos contra la pared. No es fácil convertirse en un líder pues hay que desaprender muchas cosas. Pero se puede lograr. Nadie dijo que ser un imparable fuera sencillo ¿verdad? Tú puedes conseguirlo. Pierde el miedo a salir de tu zona de confort pues realmente los resultados te harán ver que ha merecido la pena.
¡Nos vemos imparable!